Aproximadamente a las 11:30 de la mañana del día 8 de marzo en predios de la Universidad Nacional, Oscar Salas recibió en su cabeza un impacto de proyectil, proveniente al parecer de las filas del ESMAD; la agresión y el asesinato se han convertido para este cuerpo policial en una práctica rutinaria. El próximo primero de mayo cumple un año de asesinado otro joven de 15 años, estudiante de secundaria: Nicolás Neira; también Jhony Silva Aranguren de 21 años, estudiante de química de la Universidad del Valle fue asesinado en hechos parecidos el 22 de septiembre del 2005; otro joven de 16 años, esta vez indígena, Belisario Camallo Guetoto, fue asesinado en la hacienda el Japio en el Cauca hace cuatro meses; Marcos Soto, indígena Chami fue asesinado el 10 de septiembre del 2005 en el marco de la Minga embera contra el TLC. Todos estos crímenes de jóvenes y ciudadanos por parte de la policía, no pueden seguir siendo calificados como incidentes, ni tratad tratados de manera superficial; corresponden a una decidida política represiva frente a la creciente y cada vez más airada protesta popular.
El recuerdo más nítido entre los amigos de Oscar Salas, es el de un joven de tan sólo 20 años; un amigable y compañerista estudiante enamorado de la comunicación. Oscar era un militante político, pero fundamentalmente un militante de las artes y de la radio. En todo era un constructor de procesos que buscaba expresar por medio de su voz y su letra, la voz de las mayorías silenciadas de Colombia: los agredidos, los muertos, los olvidados por la historia oficial; un joven en fin, comprometido con los cambios que requiere y reclama a gritos nuestro país. Oscar hacía parte, entre otras de sus actividades, de una gran idea por construir un proyecto de comunicaciones que lograse la unidad de los de abajo, traspasando la mezquindad de aquellos, que cada vez se ven más lejos de aportar a un serio proceso de comunicación, para las comunidades y desde las comunidades. A pesar que gobernantes y líderes de los unos y de los otros, hablan del papel de la comunicación para el fortalecimiento de los procesos sociales y por debajo de la mesa fortalecen a los grandes medios. Oscar demostraba con su práctica otra vía de comunicación posible a la que aportaba desde su conocimiento y experiencia.
Entre un esmad, un pájaro loco
¿Que había pasado entonces, nos empezábamos a preguntar, para que Oscar se encontrara, lejos de su acostumbrada alegría, viviendo un momento como este? Desde las diez de la mañana Estudiantes de las Universidades públicas, hacían uso del derecho que consagra la Constitución nacional para protestar, y protestaban contra las políticas que pretenden transformar la educación pública, convirtiéndola en una simple mercancía de un sistema educativo que cerrará las puertas al derecho inalienable a la educación para los sectores populares.
La protesta también estaba dirigida contra el Tratado de Libre Comercio, en el que los estudiantes ven la proximidad del cierre definitivo de la educación pública; a propósito, un tratado desventajoso que quieren presentarnos como una obra filantrópica de los Estados Unidos. El gigante de siete leguas en las botas que decía Martí, quiere convertir la educación en una venta de títulos, mientras la ciclotimia que sufre nuestro mandatario, oscilante entre la arrogancia ante los pobres del País y la sumisión ante el extranjero poderoso, somete a la juventud de Colombia por la vía de la fuerza y el asesinato. Precisamente los estudiantes vienen expresando en la calle desde hace varios meses, una franca oposición a la reelección de este gobierno de sangre, al que comparan con el tiempo de los pájaros de la violencia, por esta razón en algunos carteles y marchas populares empieza a reconocérsele como el gobierno del pájaro loco.
Los estudiantes se manifestaban el 8 de marzo, en un claro homenaje a la mujer luchadora; a la memoria de la mujer colombiana que ha venido abriéndose espacio en medio de una sociedad que ha desconocido sus importantes aportes. Los estudiantes querían hacer evidente el legado de la mujer en la construcción del país, y querían además rendirle un homenaje que no fuera de sangre, como resultó ser la celebración ensombrecida por la presencia de la muerte disfrazada de ESMAD.
En la Universidad Nacional, tiras a matar
La policía pretendió inmovilizar la manifestación estudiantil con cuatro tanquetas y el escuadrón del Esmad, entre ellas las tanquetas 544, 858 y la 722 y los a-gentes identificados con los números 11643, 2267, 96818, 03828, 101697. 02114, 02267, 02240. 02222, 92888, 02361, 101597, 02203, 02223, entre otros, cuya única forma de identificación es la señalada al no disponer de identidad más clara. El testimonio de uno de los jóvenes participantes no deja duda, o por lo menos nos acerca a la verdad del hecho:”Nos encontrábamos un grupo de estudiantes, entre quienes estaba Oscar, sobre el puente peatonal ubicado por la entrada de la calle 45, prácticamente a la entrada de la Universidad sosteniendo una barricada, y en ese preciso momento se vino una tanqueta de las grandes, que inició su agresión votando un chorro de agua; seguimos sosteniendo la barricada, y el escuadrón del ESMAD se protegió tras la tanqueta y empezó a lanzar gases. Escuchamos sobre el puente un fuerte sonido, de impactos de algo que llegaba con mucha fuerza pero que no identificamos, disparado desde el lado del ESMAD; es en ese instante cuando vemos caer a Oscar, pero también ocurre que la barricada cae y todo el mundo se dispersa y Oscar queda botado en el piso, solo y al lado de Oscar una persona angustiada en su impotencia al no poder recogerlo por que debe correr a refugiarse; justo en este momento envían otras dos tanquetas.
Había cuatro tanquetas ese día: tres grandes y una pequeña. El grupo de los Esmad se replegó hacia la 45 y tomo distancia; en la mitad de la calle se queda la tanqueta más pequeña sin número de identificación y dispuesta en posición de ataque, apuntando a la Universidad por los orificios laterales que tienen particularmente éstas tanquetas para disparar. Todo transcurre en unos pocos minutos, mientras tanto dos personas se acercan a recoger a Oscar y lo trasladan a un “sitio seguro”, desde donde otros compañeros más se disponen a ayudarle; lo encuentran convulsionando y quejándose, por lo que deciden alejarlo de los gases entregándolo a la ambulancia que en ese momento apareció y que inmediatamente lo trasladó hasta la clínica de la Universidad.”
En una versión simplista y carente de objetividad, algunos medios repitiendo como siempre la versión policial, especulaban: “Todo parece indicar que fue una papa bomba arrojada por sus propios compañeros lo que desencadenó la muerte de Oscar”, Una lógica simple dice que un artefacto en el que se utiliza fósforo blanco, para que al golpear desencadene la explosión, desintegraría por completo una bola de cristal como la que fue hallada por Medicina Legal en el cerebro de Oscar. No se hubiera hallado entonces un elemento de estas características; en este caso se habrían hallado trozos de cristal. Al hecho se suma un herido como resultado de esta agresión policial, hasta donde se conoce, porque algunas versiones sin confirmar aseguran que fueron más los heridos; el herido reconocido se le incrustó otro elemento de iguales características en su cuello, que al parecer le afectó su sistema nervioso, porque hasta el día de hoy no ha recuperado la movilidad en uno de sus brazos, lo que indica que estaban disparando a la cabeza, es decir, había una premeditada intención de matar.
Otro de los testimonios de un estudiante afirma: “...yo estaba agachado y asustado de escuchar esos impactos sobre el puente, realmente pensé que estaban disparando. En un momento me paré a mirar para ver que era lo que estaba pasando, si el Esmad se retiraba o si seguían avanzando y cuando me paré observé que un Esmad me estaba apuntando, no sé con que arma, pero si me di cuenta que me estaba apuntando. El susto fue grande, lo que me hizo parar como un resorte y avanzar rápidamente en retirada, lo que fue aprovechado por otro policía para disparar un mofle, pegándome con una granada de gas en los testículos. Caí al piso hasta que algunos compañeros me auxiliaron...”. Está evidenciado en grabaciones en video y fotografía, que la policía en su versión Esmad hace uso de papas explosivas, de perdigones, piedras, balines, caucheras, granadas de aturdimiento y de armas que causan lesiones a los manifestantes, negando a los manifestantes el derecho constitucional a protestar. Según la reglamentación de las fuerzas militares, éstos deben hacer uso de armamento para enfrentar los grupos armados y no a inermes ciudadanos. Abismos entre la vida y la muerte
El diagnóstico que entregó la Doctora Martha García, jefe del servicio de urgencias de la Clínica Los Fundadores, pone de presente en esta hora crítica y de penosa realidad de nuestro país una clara intención homicida en los hechos: “No teníamos claro la axiología del accidente, solamente nos llego un paciente acá, nos llego sin pulso, venía con frecuencia respiratoria, pero estaba sin frecuencia cardiaca, se iniciaron maniobras de reanimación y es lo que tiene al paciente prácticamente como está. Se hidrató, se le pasaron líquidos y se le empezaron soportes inotrópicos para que el paciente pudiese continuar con sus signos vitales. Inmediatamente se le toma un examen un poco específico, que es una tomografía computarizada, que muestra que el paciente tiene un artefacto a nivel del cerebro”.
Reingeniería militar, cadáveres de arte facto Relacionamos ahora la muerte de Oscar con las palabras recientemente escuchadas, antes de su asesinato, en la voz de un jurista y en la peregrinación reciente al Darién para hacer memoria y denunciar los megaproyectos que amenazan a la región: “En este momento en Colombia estamos viviendo la reingeniería de la estrategia militar del Estado; cuando hablamos de reingeniería significa que hay una reconstrucción del aparato militar del Estado, la reconstrucción de ese aparato militar en ningún momento esta significando que haya un proceso de paz, o que la mentalidad de las fuerzas militares inspirada en la doctrina de la seguridad Nacional, se haya modificado. Cuando hablamos de reingeniería militar, está significando que la estrategia paramilitar que se viene desarrollando en Colombia desde el año 1962, inspirada en manuales del ejército Francés y el ejército de los Estados Unidos, se ha modificado para cualificar el aparato de control y de represión del Estado. No hay modificación del papel de la fuerza pública o de las fuerzas militares de Colombia; hay una cualificación, una modificación en la manera de hacer mejor las cosas y hacer mejor las cosas es porque probablemente la fase de masacres, la fase de destrucción del cuerpo humano con motosierras no se vaya a utilizar con la misma intensidad, es buscar nuevos mecanismos para quitar la vida, logrando mas impunidad a partir de la desaparición del delito político y para ello sofisticar el asesinato...”.
Una vez más somos acechados por la muerte en una realidad que la Doctora Martha señala en el siguiente diagnóstico: ¿Saben que fue lo que paso y porque el diagnóstico de él es tan malo? Porque el proyectil entró por el ojo izquierdo y pasó, lo que en medicina se conoce como una herida trasfixiante, o sea que tiene un recorrido totalmente oblicuo que interesó los dos hemisferios del cerebro, por eso lo grave de la herida.
La angustia, el dolor y la tristeza se viven en el ambiente de la Clínica en donde estamos amigos, familiares y compañeros de estudio y buscando una voz de esperanza, alguien pregunta si fue una bala, un balín o qué tipo de elemento, “en la tomografía se ve un artefacto pero no se puede determinar de que tipo, decir que fue un tiro, que fue algo que provino de una papa explosiva, es muy difícil determinarlo, ahorita, añade la Doctora”. Oscar murió en la madrugada del 10 de marzo después de sufrir muerte cerebral y un paro cardio-respiratorio, la versión de la prensa oficial tomando como base la necropsia realizada por la fiscalía, en la que encontraron una bola de cristal o canica en el cerebro de Oscar Leonardo, una vez más saca en limpio a los asesinos, con la tergiversación de la realidad afirmando que la herida proviene de una papa bomba arrojada por los propios manifestantes.
El movimiento estudiantil contra los crímenes, la impunidad y por el desmonte del Esmad Mientras recuerdo unos versos de uno de los escritos de Oscar que susurran en mi cerebro... “Mi cuerpo es la extensión de esta tierra mojada y triste / pero el tuyo no se inmuta, ya es parte del crimen”..., observo cómo los jóvenes manifiestan su rabia e impotencia ante el crimen, decididos a detener este derramamiento de sangre joven, se movilizan durante varios días, paralizan por vez primera el transmilenio y llevan la protesta a los barrios y a las comunidades que viven la realidad popular; desde varias partes del mundo se recibe solidaridad y rechazo contra el crimen, los Estudiantes de la Universidad de Bristol en Inglaterra realizan un acto de homenaje en rechazo contra el asesinato de Jhonny Silva y Oscar Salas y contra los asesinatos de jóvenes estudiantes por parte del Esmad, crímenes de Estado con el que empieza a caracterizarse el gobierno de Uribe como un imperio de terror, mientras el continente ensaya otras vías. Marchas pacíficas como la de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Tunja para pronunciarse ante el asesinato de Oscar Leonardo Salas y por el desmonte del Esmad fueron violentamente reprimidas por la policía; en la Ciudad de Bogotá en la localidad de Ciudad Bolívar, el día 13 de marzo, se presentaron fuertes enfrentamientos entre los estudiantes de la sede de la Universidad Distrital acompañados por la población del sector contra el Esmad manifestando su rechazo del asesinato de jóvenes por parte de este cuerpo de policía. La protesta concluyó con la detención de un numeroso grupo de estudiantes y pobladores de la zona; en el Líbano Tolima, población de donde era oriundo Oscar Leonardo, los jóvenes tomaron la catedral de manera pacifica y realizaron un entierro simbólico con la participación de las fuerzas vivas del municipio; en la Universidad del Valle portando antorchas los jóvenes y trabajadores también marcharon; en Fusagasuga estudiantes y pobladores también salieron a la calle a pedir el desmonte del Esmad.
Alcalde lucho no me uche los Esmad
La brutalidad de la fuerza pública está logrando despertar en el país lo que quisieran para sí muchos políticos electoreros, un fuerte movimiento social contra los crímenes del Estado, la impunidad y por el desmonte del Esmad; largas jornadas de marchas y protestas en distintas partes de Colombia manifiestan una actitud de indignación con la que no contaban quienes han querido silenciar la protesta en Colombia, logrando precisamente el efecto contrario. Recordando los escritos de Oscar Leonardo mientras acompañamos el velorio de este compañero, hermano y amigo, alcanzamos a leer uno de los graffiti escrito por los jóvenes estudiantes como una forma de expresar la abominación de este y todos los crímenes del Estado y en una forma de enfrentar con aerosol las armas de los Esmad escriben en las paredes de la ciudad: “...¿y cuando se desmoviliza Uribe?”
La agresión por parte del Estado contra el movimiento social y específicamente contra el movimiento estudiantil, continúa a través de los medios; de manera insidiosa los medios oficiales registran un supuesto matrimonio entre estudiantes y guerrilla, argumentando que por las universidades públicas el terrorismo camina por las aulas y pasillos. Como si no fueran suficientes las muertes de los estudiantes para saber cual es la verdadera violencia que empieza a pasearse por el campus universitario. Esta alianza entre medios y gobierno pretende poner a la población colombiana, cada vez más confundida por los medios, en contra del creciente movimiento popular. El Gobierno supuestamente democrático como el de la Alcaldía de Lucho Garzón, inmediato Jefe del Esmad, no hace un pronunciamiento contra las agresiones y asesinatos por parte de sus subalternos, mientras los jóvenes que vuelven a la calle y preparan este primero de mayo con un récord de música y arte contra la reelección, exigen al alcalde un pronunciamiento y una actitud clara que no ponga otra vez el primero de mayo el cuerpo criminal de los Esmad contra estudiantes, trabajadores, sindicatos, campesinos e indígenas, impulsando la consigna que exige que el primero de mayo no marche.
